viernes, 12 de octubre de 2012

Welcome to Malaguistan

Málaga, calle Lagunillas

No lo busquéis en el callejero. Tampoco aparece en los planos de la ciudad, ni mucho menos en las guías turísticas. Pero Malaguistán existe, o quizás habría que decir que sobrevive (por ahora). Rodeado de calles que soportan un denso tráfico rodado, es un reducto que permanece al margen de la vida urbana, cuya poca visibilidad evita que las poco edificantes estampas que ofrece empañen las campañas de maquillaje urbano tan queridas por los políticos, que quedan por ahora reservadas a espacios más transitados. Aunque hay que decir que también aquí estaba prevista una actuación de las que ofrecen jugosos titulares en la prensa local y que luego se desvanecen... como lágrimas en la lluvia.

A pesar de todo, entre escombros y mugre, la vida sigue en Malaguistán. Al margen de una muy floreciente población gatuna, aún es posible oír las voces cálidas de sus habitantes, comprar boquerones recién sacados del Mediterráneo en la pescadería del barrio, admirar inverosímiles disposiciones piramidales de latas de conservas en la tienda de ultramarinos y oler a pan recién hecho en el obrador. En este lugar, además, la gente parece ir con una menor aceleración que en otros espacios de la urbe, y un encuentro puede desembocar en una jugosa conversación, como la que surgió cuando mi amigo el librero me pilló in fraganti mientras dibujaba.

Pero no es posible ser optimista sobre el futuro. El grado de deterioro de muchas de sus construcciones, su abandono y posterior conversión en eternos solares, unido a la desidia de las administraciones, hacen progresivamente de este barrio un lugar poco habitable, provocando la huida de los habitantes que aún pueden permitirse hacerlo. Recientemente he tenido ocasión de visitar la interesante actuación realizada en el arrabal de El Gancho de Zaragoza, y fantaseo con los resultados que podrían verse si el ayuntamiento de Málaga se hubiese ahorrado algunas y muy cercanas actuaciones innecesarias y en su lugar haber afrontado el problema malaguistaní.

El topónimo Malaguistán no lo he inventado yo. Si pincháis el enlace podréis ver un cáustico, aunque lúcido, recorrido por el lugar, de la mano de quienes acuñaron el término. Aunque también podéis recurrir a la wikipedia para conocerlo de forma algo más formal por su nombre oficial: Lagunillas.


Do not search for it in the city maps, let alone in the tourist guidebooks. But Malaguistan is for real, or perhaps we should say that it still survives (for now). Surrounded by streets that support a dense traffic, it is like a stronghold that remains outside of urban life, as its poor visibility prevents that its pitiful images spoil urban makeup campaigns so beloved by politicians, who are by now reserved for busiest spaces. Although I must say that here was also planned one of these projets that offer juicy headlines in the local press and then fade... like tears in rain.
Nevertheless, in spite of rubble and dirt, life in Malaguistán goes on. Apart from a very flourishing feline population, you can still hear the warm voices of the people, buy freshly caught Mediterranean anchovies in the fish shop, admire implausible can pyramids in the grocery store and smell of fresh bread made in the bakery. Moreover, people seem to go at a slower pace than in other areas of the city, and an encounter can lead to a juicy conversation, like the one that arose when my friend 
the bookseller caught me while drawing.

But you can not be optimistic about the future. The degree of deterioration of many of its buildings, its abandonment and subsequent conversion to 
everlasting plots, joined to the negligence of the city council, progressively make this neighborhood a little space, causing the flight of people who can still afford it. Recently I had occasion to visit this interesting project taken in a suburb of Zaragoza, and fantasize about the results that could have resulted if the city of Malaga had saved the budget spent on some very close unnecesary projects and have instead addressed the malaguistani problem.
The toponym Malaguistan I have not invented. If you click the link you can see a caustic, but lucid tour of the place, of the hand of those who first used the term. Although you can always use wikipedia to learn more about it under its official name: Lagunillas.

2 comentarios:

  1. Tus entradas siempre las dejo para el final, así me las disfruto tranquilamente como un vino añejo... al lado de ellas buena parte de lo que veo en internet parece una sarta de banalidades.

    ResponderEliminar
  2. Your beautiful post has let me discover something I had never heard of... It's shocking to discover that inside our cities there are places like this, that make us enter a different realm, far way in time and space... Thank you for sharing it!

    ResponderEliminar