En tiempos cercanos todos hemos mirado con cierta sorna y algo de vergüenza ajena los almibarados lemas que acompañaban las perspectivas -más o menos fulleras- impresas en los carteles anunciadores de promociones inmobiliarias. Augurios de familias felices y prósperas, paraísos terrenales a los que el tiempo ha acabado otorgando su verdadero sentido.
El cartel de la imagen, en cambio, tiene la singularidad de haber sido colocado recientemente. Y nos promete nada menos que el futuro, y nos lo promete ahora. Es obvio que recompensas tan jugosas tienen que llevar aparejado un alto precio, como nos enseñó Fausto. Así que en el altar del futuro depositamos la memoria a modo de ofrenda.
Esta imagen, el Pasillo de Atocha, ya no existe. Su realidad material ha sido pasto del abandono negligente, incendios sucesivos y demoliciones escalonadas. Aunque no del todo: aún queda en pie -por ahora- el último vestigio. Pero eso no es suficiente, hay que borrar toda traza de la ciudad que aquí hubo, y reinventarla. Recordemos, es el futuro. No basta con arrancar sus edificios, hay que erradicar incluso su huella.
Y, para acallar las conciencias, no hay más que invocar el nombre adecuado.
La luz del sol y el cielo azul también deben ser sacrificados. Lo exige el futuro, en forma de edificio de diez plantas de altura.
En la vieja fachada aún cuelga el desvencijado rótulo: Pensión La Mundial. Entre desconchones, también se lee el nombre de la calle: Pasillo de Atocha. Palabras evocadoras de un pasado pobretón que emergen de la bruma, que el colosal y resplandeciente prisma disipará definitivamente, proyectándose hacia el porvenir.
Leo una vez más el cartel de la inmobiliaria y me parece oír la risa de Mefistófeles: "Das ist die Zauberei, du leicht verführter Tor!" (¡Qué fácil es seducirte!¡Ése es el truco!). Sin embargo, yo soy por naturaleza poco crédulo con las promesas de futuro. Por si acaso, yo ya he firmado esta petición. os invito a hacerlo también si estáis de acuerdo...
The poster of the image, however, is unique in having been placed recently. And it promises nothing less than the future, and it promises that now. Obviously such a juicy reward has to be matched by a high price, as Faust taught us. So at the altar of the future has memory deposited in front as an offering.
This image no longer exists. The buildings have been neglected since long ago, fires and demolitions have followed. Although not completely, for the last vestige still stands. But that's not enough, you have to erase all traces of the city that once stood here, only to reinvent it. Remember, it is the future.
And, to quiet the consciences, it is enough to invoke the appropriate name.
Sunshine and blue skies have also to be sacrificed. The future demands it, in the form of a building ten stories high.
In the old dilapidated facade, the sign still hangs: Pensión La Mundial. Among chips, the name of the street can still be read: Pasillo de Atocha. Words that evoke a pauper past, emerging from a fog that the colossal and resplendent prism will definitely dissipate, projecting into the future.
Once again, I read the words on the surface, and I can nearly hear Mephistophleles laugh: "Das ist die Zauberei, du leicht verführter Tor!" (How easy it is to seduce you! That's the trick!). However, I am by nature little gullible with the promises of the future. Just in case, I have already signed this petition. I invite you to do the same if you agree ...
Joder, estoy pensando algo inteligente que decir pero no me sale nada a la altura. Tremenda entrada, por el fondo, la forma, lo explícito, lo sugerido... No me ves pero me he puesto de pie :)
ResponderEliminarGracias, Miguel. No estaba seguro de si resultaría algo críptico para los que no sois de aquí. Como ves no hemos aprendido nada en los últimos años. Seguimos con la misma canción...
ResponderEliminarEnhorabuena por el artículo y el dibujo, Luis. Condensa muy bien toda la perversidad urbana que encierra el ma-moneo.
ResponderEliminarComparto en las redes. Todavía estamos a tiempo de impedirlo.
Un saludo.
Gracias, Sr.Ruiz Padrón, una vez más muy acertado su artículo.
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