martes, 5 de julio de 2016

La materia de la que están hechas las ciudades

Málaga, plaza de la Victoria 10

Ésta es la materia de la que están compuestas las ciudades. Edificios anónimos que se mimetizan en el paisaje urbano. Catedrales y palacios copan las imágenes de las tarjetas postales, pero este tipo de construcciones es la que imprime el carácter al conjunto. Esa es su principal virtud: su sumatorio arma un entorno armonioso que proporciona sin estridencias un telón de fondo a la vida. Ninguna de ellas es imprescindible en realidad, y diríamos que son organismos vivos sometidos a las mismas leyes naturales que el resto: nacen, viven, mueren. Llegado el momento, una ciudad sana reemplazará la osamenta por una nueva edificación que sustituya a la finada. El equilibrio se rompe si este ciclo deja de regirse por las leyes de crecimiento y decadencia de la materia e intervienen procesos infecciosos que se convierten en epidemias que exterminan a gran parte de los individuos.

Como todo organismo vivo, el que acompaña estas líneas palpita y respira. Al declinar el sol abre todas sus ventanas para que la brisa vespertina ayude a disipar el calor acumulado. Y es en ese momento cuando la casa alcanza su plenitud: el portón de madera resuena cuando uno de los moradores lo traspasa. Hoy es lunes, el día de descanso del asador de pollos que ocupa los bajos, pero aun así la animación no decae. La vecina del primero se asoma para colgar la toalla en el balcón tras volver de la playa. El del segundo sale a fumar un pitillo. El clímax se produce en la azotea: una animada conversación y risas en lo que se adivina un grupo numeroso de personas. Los omnipresentes vencejos evolucionan sobre sus cabezas. Es verano en la ciudad.

1 comentario:

  1. Eres un Humanista, especie en peligro de extinción, Luis. Tus dibujos y tus textos son un placer, gracias.

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