En 1831, Victor Hugo encontraba esta enigmática inscripción grabada profundamente en la superficie de la piedra, paseando por un lugar oscuro y poco transitado de una de las torres de la catedral de Notre-Dame. La palabra, escrita con estilo gotizante -indicio de su antigüedad- pero en mayúsculas griegas, significa "fatalidad", y ese extraño hallazgo inspiró la creación de su novela Nuestra Señora de París, según nos cuenta en el prólogo.
La contemplación de la catedral desde la Place du Parvis Notre-Dame puede ser una experiencia algo decepcionante en la actualidad si el viajero evoca la descripción que del entorno, tal y como debió aparecer en 1482, hacía Victor Hugo; un trazado medieval que precisamente esa fatalidad de la que nos habla en sus páginas borró para siempre. Hoy día, la catedral aparece desarraigada, como necesitada de construcciones que la arropen, e incluso su tamaño parece menor que el real, y de forma inevitable surge la cuestión de qué impresión causaría llegar al pie de sus torres atravesando el callejero del París medieval si éste aún existiera.
Y, sin embargo, el atardecer allí es fascinante: el gran teatro del mundo se desarrolla bajo la atenta mirada de las gárgolas, con todas las naciones representadas en la gran explanada frente a la fachada principal. Mientras dibujaba, a mi alrededor oía conversaciones en lenguas que podía reconocer y en otras difícilmente identificables. Y Notre-Dame se erguía sobre las cabezas encendida por el sol estival. Siendo un gran fan de la arquitectura gótica y sus bosques de pináculos, en ese instante fui en cambio seducido por la armonía de proporciones de la catedral y del raro equilibrio existente entre el impulso ascendente de sus ojivas y la serenidad horizontal de sus cornisas... pero para entonces el dibujo ya estaba terminado y tuve que recordar que mi presencia en París era fugaz, sólo una escala al volver de participar en una muy enriquecedora experiencia que pronto narraré en estas páginas.
In
1831, Victor Hugo found this enigmatic inscription carved into the surface of the
stone, walking through a dark, hidden corner in one of the towers of the
cathedral of Notre-Dame. The
word, although in capital Greek writing, seemed to be very old, and means "fate"; the strange finding inspired the creation of his novel
Notre-Dame de Paris.
The sight of the cathedral from the Place du Parvis Notre-Dame can be a bit disappointing today if the traveler recalls the description of the surroundings, as should appear in 1482, written by Victor Hugo, a medieval urban scape that same fatality he spoke of erased forever. Today, the cathedral appears uprooted, in need of some old buildings to hold her, and even its size seems smaller than the real one; and then inevitably the question arises: what would be the feeling of suddenly appearing to the foot of the towers, after crossing the street of medieval Paris, if it still existed?
And yet, the sunset there is fascinating: the great theater of the world takes place under the watchful eye of the gargoyles, with all the nations represented in the large square in front of the facade. While drawing, I heard conversations in some languages that I could recognize, and in others I could hardly identify. And Notre Dame stood above their heads, glowing in the setting sun. Being a big fan of Gothic architecture and its forest of pinnacles, at that moment I was seduced instead by the harmonious proportions of the cathedral and the rare balance between the upward thrust of its ogives and the horizontal serenity of its cornices .. . but by then the sketch was already finished and I remembered that my presence in Paris was brief, only a scale on the trip back from taking part in a very enriching experience of which I will soon write about in these pages.
The sight of the cathedral from the Place du Parvis Notre-Dame can be a bit disappointing today if the traveler recalls the description of the surroundings, as should appear in 1482, written by Victor Hugo, a medieval urban scape that same fatality he spoke of erased forever. Today, the cathedral appears uprooted, in need of some old buildings to hold her, and even its size seems smaller than the real one; and then inevitably the question arises: what would be the feeling of suddenly appearing to the foot of the towers, after crossing the street of medieval Paris, if it still existed?
And yet, the sunset there is fascinating: the great theater of the world takes place under the watchful eye of the gargoyles, with all the nations represented in the large square in front of the facade. While drawing, I heard conversations in some languages that I could recognize, and in others I could hardly identify. And Notre Dame stood above their heads, glowing in the setting sun. Being a big fan of Gothic architecture and its forest of pinnacles, at that moment I was seduced instead by the harmonious proportions of the cathedral and the rare balance between the upward thrust of its ogives and the horizontal serenity of its cornices .. . but by then the sketch was already finished and I remembered that my presence in Paris was brief, only a scale on the trip back from taking part in a very enriching experience of which I will soon write about in these pages.
Uf! Qué grande eres Luis! El pelo de pollo! Ahora que voy a Paris dentro de unos días... Cómo voy a dibujar yo Notre Dame después de ver y leer esto???
ResponderEliminarQué ganas tengo de ver tu versión, Inma... que tengas un buen viaje y que dibujes mucho.
EliminarMagnifico Luis
ResponderEliminar¡Gracias, amigo Txema!
Eliminarno se como describes mejor la catedral si dibujando o escribiendo!!!!
ResponderEliminarEskerrik asko, Josu. ¡Un abrazo desde el sur!
EliminarDelicioso el dibujo y la narración!
ResponderEliminarComo dice Inma, si uno pensaba subir un tema de algún lugar, antes hay que mirar si tu ya lo has hecho...y pensarselo dos veces.
Moltes gràcies, Laura. Qué generosos sois son vuestros comentarios.
EliminarGenial! Tanto el dibujo como el texto. Parece que este año todo el mundo va a París! Yo estube garabateando por allí unos dias y aunqué estube en el mismo sitio que tu, no me inspiré... gracias a tu dibujo ahora querria estar allí y ver-lo todo de otro modo. Gracias Luis!
ResponderEliminarMoltes gràcies, Cristina. Pues sí que es coincidencia... He visto tus dibujos parisinos y tengo que decir que me han encantado. ¡Qué buena esa torre Eiffel deconstruida!
EliminarFantastico! Ademas me encanta la luz y las sombras en tus dibujos!
ResponderEliminarMuito obrigado, Fernanda!
EliminarYour sketch is enchanting! Like you, when I meet some building that has been so important in literature or history, I can't do wiithout thinking of what has been written about it... Notre Dame is more than just a building, it's also a memory, a fantasy, a dream.
ResponderEliminarI can only agree with you, Lucia. In some places, history becomes very dense... like in Notre-Dame (or in many places in Florence!). Perhaps the sketchbook is not enough in these times and we have to rely on literature too.
EliminarMe has reconciliado un poco con este lugar: mi última vez fue en febrero, lluvia y aun así millones de turistas como yo fastidiando. Y mira que me gusta Notre Dame, tu dibujo y tu historia ponen las cosas en su sitio.
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