Dependiendo de la ciudad en que nos encontremos, se usará un nombre u otro, pero en esencia, los tres términos enumerados en el título designan una misma cosa según la RAE: una casa de vecindad, que "contiene muchas viviendas reducidas, por lo común con acceso a patios y corredores". Tradicionalmente, fueron los hogares de las clases urbanas humildes, y en ellas se compartían servicios, existiendo un pozo o fuente en el centro del patio; el aseo también era común. El patio, espacio central en torno al que se distribuían las viviendas -más o menos generoso dependiendo del caso-era el verdadero leitmotiv, y el marco en el que se tejían estrechas relaciones entre sus habitantes, máxime teniendo en cuenta lo exiguo de las habitaciones.
En un momento dado, hace unos treinta años, se produjo la restauración de algunos de estos edificios, dotándolos además de baños y cocinas propias para cada una de las viviendas, a la vez que desde el campo de la antropología se valoraban como espacios para la convivencia, en una sociedad cada vez más individualista. En determinadas zonas incluso se construyeron muchos de nueva planta.
Sin embargo, a medida que la especulación urbanística iba recrudeciendo, se escucharon cada vez más voces clamando contra lo que se definió como un testimonio de la explotación del ser humano, y un atentado contra su dignidad, así que corralas, corrales y corralones fueron convirtiéndose en amplios solares situados en zonas bastante céntricas. Hay que valorar la sinceridad de las afirmaciones anteriores en función de quién las pronunciara, especialmente a la vista de lo que ha venido después: edificios voluminosos en los que se apilan pisos no mucho mayores que los contenidos en los corralones primitivos, eso sí, mucho más opacos y sin espacios para la convivencia.
Los ejemplos que ilustran estas líneas muestran la calidad ambiental que se puede alcanzar cuando las cosas se hacen bien...
Aprendamos.
Depending on the city, one name or another is more popular, but in essence, the terms written on the title designate one same thing: an apartment building, which "contains many small dwellings, usually with access to courts and corridors". Traditionally, they were the homes of the humble urban classes, and they shared services like a well or fountain in the center of the courtyard; the toilet was also common. The patio, central space around which dwellings were distributed, could be wider or narrower depending on the case, and was the true leitmotif, the context in which close relations between its inhabitants were woven.
At one point, about thirty years ago, some of these buildings were carefully restored, and the dwellings contained in them were provided of own bathrooms and kitchens for each of the homes; at the same time, from the field of anthropology they were valued as spaces for coexistence in an increasingly individualistic society.
However, as urban speculation skyrocketeed, more and more voices clamed against what was defined as a testament to the exploitation of people, and an attack on their dignity, so corralas, corrales and corralones were razed down and became vacant soil in valuable areas downtown. We must assess the sincerity of the above statements depending on who said them, especially in view of what has followed: in some of these sites bulky buildings have been erected today, where the surface for each dwelling is not much bigger than in the old corralas, but much more opaque and with no spaces for coexistence.
The examples illustrating these lines show the environmental quality that can be achieved when things are done well ...